Esto no va de negocio. Va de sentido. Va de propósito.
Mucho más que una empresa.
Todo comenzó con un problema.
Mauri, uno de los fundadores, fue diagnosticado con diabetes hace años. Con el tiempo, su salud se fue complicando hasta que sus riñones dejaron de funcionar. Desde entonces, su vida gira en torno a una máquina de diálisis: cinco horas seguidas, cada dos días. Un proceso duro, constante, limitante… que cambió su vida por completo.
Pero también encendió algo.
Durante ese proceso —pasando de agujas que dañan venas, a catéteres incómodos y peligrosos para algo tan simple como ducharse—, Mauri no se conformó. Empezó a crear. A pensar cómo hacer su vida más fácil. Primero con soluciones caseras, luego con desarrollos más sofisticados que hoy, gracias a nuestro laboratorio y equipo, están patentados y listos para cambiar también la vida de otros.
Porque lo que empezó siendo un alivio personal, lo hemos convertido en una misión global.
Una historia real que mejora vidas reales.




Tres amigos. Una visión común.
Somos Mauri, Efraín y Epifanio.
Tres perfiles distintos que se complementan a la perfección:
Mauri, la mente inquieta, resiliente y positiva, que transforma el dolor en ideas.
Efraín, un jubilado con sabiduría, humor y serenidad, siempre viendo oportunidades.
Epifanio, quien pone rumbo y estrategia empresarial a cada paso.
Juntos hemos creado una empresa con laboratorio propio, varias patentes registradas y, sobre todo, un compromiso real: seguir innovando para mejorar la vida de quienes más lo necesitan.